RECOMENDACIONES PARA EL LAVADO DE FACHADAS EN LADRILLO

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Uncategorized

La protección de fachadas en ladrillo a la vista no es solo la aplicación de hidrófugos, sino que es un concepto integral que involucra elementos y estructuras de diseño y construcción destinados a garantizar que el agua, no afecte la fachada ni el momento de su construcción, ni durante su uso.

De acuerdo a lo anterior en es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

  1. Almacenamiento y manejo del ladrillo en obra.
  2. Morteros y juntas.
  3. Humedades en obra.
  4. Elementos de diseño y protección.
  5. Lavado.
  6. Hidrofugación.
  7. Mantenimiento.

HUMEDADES EN OBRA.
• En época de lluvias tapar con plástico todas las hiladas superiores al finalizar la jornada de trabajo; esto evita que las aguas lluvias ingresen en las perforaciones verticales del bloque y las deje saturadas con agua (típico caso de humedad residual). De esta manera se minimizan los tiempos de secado de los muros y formación de manchas.
• Evitar en lo posible todo contacto permanente o espontáneo de los muros con el agua.
• En muros de cerramiento o remates de muro, mantener igualmente la última hilada tapada con plástico hasta que se instalen los elementos prefabricados de protección (corta goteras, lagrimales, etc.).
• Drenar las losas por huecos o escaleras y proteger los muros con una lechada impermeable.
• Anticipar todas las actividades de impermeabilización y la protección de remates de muros.
• Atender rápidamente los daños hidráulicos.
• Pañetar los muros interiores lo más pronto posible.

LAVADO DE FACHADAS
Se realiza con el fin de retirar los residuos de mortero en el proceso constructivo. Este lavado se realiza retirando el mortero por medios mecánicos, sin usar elementos abrasivos que puedan afectar el ladrillo, luego utilizando un limpiador para fachadas. Para hacer un buen lavado de fachadas recomendamos:
• Corregir humedades activas (desagües, filtraciones de agua, jardinerías, etc.) y esperar que sequen antes del lavado.
• Evaluar el estado actual de las cubiertas de las edificaciones y verificar que no existan escurrimientos de aguas lluvias hacia los muros, en caso de requerirse, proceder a su reparación y una vez corregidas todas las humedades y eliminando el ingreso activo de agua, dejar secar el agua retenida en las perforaciones, es decir, hay que dejar que “cure el muro”, esperando a que seque totalmente la superficie antes de proceder a la limpieza de la fachada.
• Lavar los muros completamente secos mínimo con 28 días de levantados hasta que los muros hayan alcanzado su equilibrio de humedad interna. Si se requiere hacer el lavado antes de 28 días se debe usar usar en el mortero de pega con un aditivo como EUCON 35 F, reductor de agua de alto poder fluidificante para concreto o mortero, que mejore su resistencia y reduzca la posible erosión que pueda generarse por lavados prematuros, causando problemas de humedades internas, aún con el uso de un buen hidrófugo.
• Usar un aditivo de lavado según el tipo de ladrillo y según la condición de la fachada

Nota:
Estos productos se pueden usar puros o diluidos de acuerdo a las recomendaciones de sus hojas técnicas, sin embargo se recomienda efectuar pruebas en obra con el fin de obtener la dilución adecuada, de acuerdo a la superficie a intervenir.
• Nunca utilizar ácido muriático (clorhídrico) para el lavado del ladrillo.
• Nunca lavar con ácido sobre humedades activas o residuales, ya que el ácido se introduce y mezcla con el agua de las perforaciones, favoreciendo la formación de manchas blancas o negras.

  • Nunca contratar lavado de fachadas con brillado del ácido, es decir, ácido que no se enjuaga o se humedece ligeramente y se brilla con un tapete, dejando una película aceitosa de ácido vivo sobre el muro, potencializando la formación de manchas blancas a corto y mediano plazo. A mayor efecto de la intemperie sobre la fachada, mayor será la formación de manchas.
  • No emplee agua sucia, de pozo o contaminada para el lavado del ladrillo.
  • No permita fogueos de estuco o pintura en el ladrillo. Haga que antes de realizar estas actividades se cubran los muros en ladrillo a la vista. Las manchas de estos residuos provocan daños en el esmalte y dependiendo del producto con el que se deba retirar (solventes por ejemplo) el deterioro puede ser mayor.
  • La superficie debe estar libre de grasas, partículas sueltas, materiales orgánicos (algas, vegetación, tierra), residuos gruesos de morteros o cualquier contaminante.
  • La limpieza se puede efectuar por medios manuales como cepillo de cerdas duras, tapete, espátula y otros, pero se debe tener cuidado de no rayar la superficie o dañar el esmalte del ladrillo.
  • Se debe proteger con plástico los elementos metálicos, vidrios, puertas, ventanas y pisos.
  • No se necesita prehumedecer la superficie antes del lavado. Si se prehumedece, deberá evitarse la saturación.
  • Esperar que los muros estén nuevamente secos antes de proceder a su protección o hidrofugado. Este proceso de secado puede tomar de siete a quince días, dependiendo de las condiciones climáticas y permite evaluar los resultados del lavado y detectar posibles manchas y secuelas del ácido usado sin su respectivo aditivo, en particular de sales residuales blancas o verdes.

IMPERMEABILIZACIÓN O HIDROFUGADO DE FACHADAS.
Los hidrófugos son siliconas que repelen el agua sin sellar la superficie dejando abiertos los poros de la fachada lo cual permite eliminar humedades interiores, repelen el agua obligándola a rodar sobre la superficie.
Una vez terminada la actividad de lavado y estando completamente seco el ladrillo, se procede a la protección de este mediante la aplicación de un hidrófugo con ingredientes garantizando la preservación y buen aspecto de la fachada entre 3 y 10 años; siempre que se use en la dosificación recomendada.